Nació en Pehuajó (provincia de Buenos Aires), el 28 de marzo de 1928. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 1 de abril de 1947. Egresó como Subteniente del Arma de Artillería el 12 de diciembre de 1950.
Cursó la Escuela Superior de Guerra graduándose como Oficial de Estado Mayor.
Su último destino fue el de Jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, con asiento en la Guarnición Militar Azul, donde se lo secuestró.
Fue asesinado el 19 de noviembre de 1974, en circunstancias en que era transportado por sus captores luego de haber soportado, en condiciones infrahumanas, diez meses de sufrimiento.
Estaba casado con la señora Nélida Teresa de Agreda y tuvo tres hijos.
Fue ascendido, post mortem, al grado de Coronel.
El 19 de noviembre en la localidad de Quilmes, a las 19:00 horas, una patrulla control de ruta de la policía provincial advirtió el paso de tres vehículos sospechosos (dos automóviles y una camioneta) que se desplazaban, aparentemente, en convoy. Al advertir el hecho, los efectivos policiales iniciaron la persecución de los citados vehículos, que ya habían emprendido la fuga. En esas circunstancias, se produjo la detención de la camioneta, y quien se encontraba a cargo de la misma extrajo un arma corta y efectuó un disparo al interior del armario metálico que transportaba en la caja del vehículo, arrojó el arma al suelo y se entregó con los brazos en alto, sin ofrecer resistencia. Cuando los policías lo detuvieron, comprobaron que había dado muerte a un hombre que se encontraba dentro del armario aludido. Presentaba un impacto en pleno rostro y su fallecimiento se produjo en forma instantánea. Era el Teniente Coronel Ibarzábal. Su estado físico era deplorable, como consecuencia del prolongado encierro en las denominadas cárceles del pueblo, en las que se lo hacía rotar periódicamente para evitar que las fuerzas del orden pudieran localizarlo.
(fuente: www.artilleria.ejercito.mil.ar)
El Coronel Jorge Roberto Ibarzabal fue secuestrado, torturado y asesinado por ser considerado “ prisionero de guerra “, a manos de la guerrilla del ERP, después de diez meses de un cautiverio absurdo, inhumano y alevoso, constituye un nombre más en la larga lista de los héroes y mártires, civiles y militares, que el terrorismo de los años setenta fue eliminando sistemáticamente, en una guerra por la conquista del poder, y la implantación de un régimen marxista en nuestra Patria.
Muchos de los integrantes de aquellas tropas subversivas, están vigentes y gozan de vida y libertad, ocupando cargos de relevancia en el gobierno. Pretenden cambiar la historia, la verdadera, distorsionando hechos y realidades que los ciudadanos no hemos olvidado.
Y como una ironía absurda y grotesca, quienes combatieron ofreciendo sus propias vidas para defender la Patria del flagelo terrorista, son ahora juzgados y encarcelados por una Justicia ingrata , que incluso olvida el asesinato de sus pares.
Al Coronel Ibarzábal, como a tantos otros, no podemos regresarlos a la vida. La Gloria los cobija en el Altar de la Patria. Pero es nuestro deber, sagrado e ineludible, honrarlos, recordarlos, y brindarles el homenaje que merecen, reflexionando seriamente, para que su sacrificio no haya sido en vano.
Teniente Coronel ( R ) JOSE LAVORI
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